Amigos de Dioses del Metal, Power Metal, nunca hubo un género tan vilipendiado por las nuevas “masas” metaleras, ávidas de sonidos distintos y experimentos extremos, pero sigue vivo, resistiéndose como gladiador en la arena a sucumbir en el olvido y grupos como los pontevedreses (Arcade) Druidas son los que con su pulgar hacia arriba impiden que sea vencido en combate singular, contra los nuevos tiempos que recorren los laberínticos designios del acero.
Esta formación se crea a finales del año 2004 y como tantas otras, los cambios entre sus miembros fueron varios. En 2007 cuando lanzan su primer trabajo, el EP La Noche Del Druida y en octubre de 2013 el primer LP, Contra Viento Y Marea. Ahora, de la mano del sello Art Gates Records sacan este Ecos del Norte, el 16 de mayo para España y el resto del mundo para el día 30, apuntad las fechas.
El empaque final de los decibelios en este género es sumamente importante, sobre todo si se tira mucho de teclas y arreglos, como es el caso. Aquí se supera con nota, no en vano se ha grabado en los Sanctuarium Estudios, siendo producido, mezclado y masterizado por Alberto Rionda (Alquimia, Avalanch), todo un aval de calidad sónica.
Nos dicen que la portada representa el final de una etapa y el comienzo de nuevos retos, habrá que creérselo. Me hubiera gustado que en esa imagen de la guerrera se visualizaran los detalles, porque el resto, aunque muy recargado, está acorde con lo que se escucha ahí dentro.
Once canciones que nos hablan de héroes, de libertad, de levantarse contra la tiranía, todo ello en el momento histórico de la lucha de los galos contra las invasiones romanas, temática épica y recurrente con letras bien engarzadas y de fácil asimilación, llevadas de la mano por la clara voz de Nico. La única pega y por eso hará las delicias a los seguidores del género, es que en Ecos del Norte se desarrolla un Power Metal demasiado clásico y previsible, con todos los matices, tópicos y características del estilo. Arreglos intrusivos, ritmos acelerados, melodías pegadizas y facilonas, cortes sencillos, solos melódicos, coros armoniosos,.…nada nuevo bajo el sol.
Con el típico relato con voz de fémina para situarnos en temática llega La sombra del águila, una historia de la lucha contra Roma, que da paso a Hijos del viento, un riff melódico, muchas teclas de fondo, merengue en el estribillo con un fondo instrumental que se va repitiendo a lo largo del corte, sencillo y bonito. Los suaves tonos de relojería del comienzo de Espíritu guerrero abren un corte con guitarras épicas que se retuercen más, conservando el espíritu.
Más vértigo rítmico si cabe en el primer single, A las puertas del cielo, con teclas de fondo y requiebros en el tempo donde las seis cuerdas se endurecen, queda bien el efecto. Y así continuamos con Ecos del Norte, por momentos casi compleja, Tempestad y su repunte cañero, la potente y épica Danza de fuego, el tatuaje rítmico a hierro de Espada de Damocles, el salto al vacío con El último guardián, distinta al resto en concepción. Vercingétorix es para mí uno de los mejores temas, tiene un largo instrumental de inicio para calentar el ambiente y la letra está muy conseguida, buen solo y además, estribillo para directos. Finalizamos con Un largo adiós, balada a piano de despedida que cumple y casi emociona.
Ecos del Norte es un disco que gustará a los fans del Power más tradicional y clásico, un trabajo directo y lleno de tipismos, pero falto de riesgo así que la media de mis variables a valorar en este estilo sale de 7,5 puntos sobre diez. Un saludo metálico a todos.